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domingo, 21 de octubre de 2007

Las cosas bellas que tiene la vida.

Cuándo iba a pensar que todo acabaría de esta forma. Si el viernes nada más mi vieja me dijo "Felo, la tía está muy mal: le dieron 2 a 3 días", y yo, de forma media agresiva le respondí que no creía que fuera a verla, sólo por andar caga'o de sueño.

Este viernes no fui a la primera clase, pero tengo todo claro que debo hacer; a la segunda, entré medio despistado, revisando la prueba que había hecho hacía 3 semanas atrás. Terminada la clase, fui a renovar 2 libros que, con suerte, les he visto sus títulos.

Salgo, camino hasta la esquina, veo la hora y partí rumbo al hospital a ver a mi tía. Quería saludarla y contarle las mismas cosas que le he contado en estos... Mmm... Cuatro o cinco años: que me ha ido bien en clases; que he tenido que tocar haaarto; que la Joka; que mis viejos; que la Chinita, etc.

Pero en el bus comencé a estremecerme, comencé a sentir pena y a la vez nostalgia. Era esa sensación de que algo malo ha sucedido o está por suceder. Me bajé del bus, caminé, respiré hondo, entré al hospital, subo por el ascensor, y al bajarme de éste, quedé inmóvil: ¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿Lo mismo de siempre? No. Es más: primera vez que llegaba al lugar y, antes de pasar a ver a mi tía, entré al baño a lavarme las manos y mojarme la cara. Me miré al espejo y respiré hondo, nuevamente. Mi cara -que no es de las más bellas- había mutado, se había opacado, como sabiendo que todo va mal.

Sentía muchas ganas de llorar, y más ganas me dieron al ver a un tío haciéndolo y replicando el por qué no le habían avisado antes. Pero, ¿qué tan antes quería que le avisaran si la tía llevaba 2 semanas hospitalizada y él con suerte llegó ese día a verla? Además, no sólo llevaba esas 2 semanas mal, sino que hacía más de 1 mes que no comía y sólo tomaba té. Entonces, ¿por qué recién el viernes se vino a preocupar de ella? ¿Por qué no aprovechó las pocas veces que estuvo con ella para quedar bien consigo? Nadie está obligado a actuar de cierto modo o hacer las cosas "como debieran ser", pues nada está establecido.

Lo que vino después, fue algo realmente horrible y hermoso a la vez. En la muerte uno puede ver algo tan natural como el nacimiento de una criatura, su desarrollo o cualquier etapa de la vida de cada uno. Mas la muerte es fin e inicio a la vez para una persona, y pena y angustia para los que quedamos, y por eso me atrevo a decir que es horrible y hermoso, una contraposición de emociones demasiado fuerte, pero que a la larga entendemos como nuestra y que es inherente a cualquier ser vivo, incluso hasta el más longevo.

La pena que hoy siento es por "egoísmo" más que nada, al no asimilar que un familiar ya no está en este mundo y que ahora está mucho mejor en otro. Poco a poco va aflorando mi sonrisa y vuelvo lentamente a ser el mismo Felo de siempre.

Porque en esta vida estamos solos y acompañados a la vez, y por eso es necesario tener paz interior y aprender de los que están a tu alrededor y de todas las cosas bellas que tiene la vida.

sábado, 9 de junio de 2007

Y así va pasando el tiempo...

Pasan los segundos y no te das cuenta cuánto has recorrido.

Un camino que muchas veces se pone cuesta arriba, pero en el que logras superar los obstáculos y llegas a la cima, una y otra vez, solo o acompañado. Más bien acompañado, porque a pesar que seamos seres autónomos, y por ende solitarios, también somos sociales, mas no nos damos cuenta, ni siquiera nos damos el tiempo de mirar para el lado y percatarnos de tanta gente que hay alrededor.

Mi vida, al igual que la de muchos, ha sido un tanto "negra" en algunas ocasiones, negras en el sentido de llegar a ser tan egoísta con uno para los demás. Y han sido muchas las ocasiones en que esas personas te sacan adelante en el momento justo de estar atrapado en tus problemas.

Hace un par de semanas, horas antes de entrar a dar una prueba, le pedí a un compañero (de esos que me hacen collera) que me enseñara y aclarara ciertas dudas que tenía con los ejercicios que entrarían en la misma, ya que él ya la había rendido en su sección. Resulta que este loco gastó alrededor de una hora de su tiempo para enseñarme lo que entraría en la prueba, los ejercicios, cómo resolverlos y qué era lo que debía buscar en cada uno de ellos. Ayer me entregaron la prueba: fui la única persona que sacó un 7.0 dentro de 35 alumnos de la sección. Ni siquiera mi compañero, el que me había enseñado, sacó igual nota.

¿Se dan cuénta cómo la gente es parte esencial en la vida de cada uno?
¿Se dan cuénta cuán importante son los seres que tenemos alrededor?
¿Te has puesto a pensar en qué es lo que necesita el que está a tu lado?
¿Cuántas veces has dado las gracias porque realmente estás agradecido?
Los amigos son justamente para eso: para agradecerles la compañía que te brindan en la breve estadía en este mundo.

Debo admitir que sin mis amigos, nada sería tan grato: de hecho, la vida no tendría sentido.

viernes, 8 de junio de 2007

Vídeito de MONKEYMAN

Este sencillo, el cual le da el nombre a nuestro primer disco, se llama "Suelta El Mono".

Espero que lo disfruten, tanto como lo hicimos el día del lanzamiento.

domingo, 8 de abril de 2007

Más Tranquilo...

Increíblemente, ya han pasado varios días desde que conversé "por última vez" con ella. En aquella ocasión me despedí, no sé si para siempre, deseándole lo mejor y pidiéndole que cambiara algunas de sus cosas, como por ejemplo el hecho de que sea tan dejada: ¿cómo es posible que espere a que sucedan las cosas y no haga nada por solucionarlas, por conseguir su objetivo? Quizá es un claro punto a favor de nuestro quiebre, el que tarde o temprano ocurriría.

Ya es "Domingo de Resurrección". Hoy llegan los famosos huevitos de chocolate que no sé si comeré por mis molestias dentales. En fín, han pasado 5 días en los que he recordado tantas cosas graciosas, tantas cosas "ehthúpidas" -como dice ella- de las que sólo me puedo reír por lo tonta que fueron. También la he recordado, pero como algo que ya pasó, como un tormenta que estuvo lloviéndome encima y que hoy ya no está, porque hoy salió el sol.

Si dijera cosas como "he madurado" o "he crecido", estaría mintiendo. Sólo he cambiado una que otra cosa; sólo sigo mi vida procurando no volver a caerme en las mismas cosas; sólo trato de vivir mi vida con la holgura que me permiten quienes están alrededor mío.

Acá en Chillán la gente tiene una vida mucho menos agitada que en Santiago, onda que prácticamente podrías estar sentado una hora en algún escaño de alguna plaza, obvservando a la misma gente deambular. Acá el tiempo dura tanto como debe durar: en Santiago muchas veces me faltó el tiempo y en otras pocas se me pasaba taaaaan lento que sentía que sufría una eternidad. ¿Será que acá estoy con mi gente y que por eso me siento así? Cue'e sher. Si a eso le sumamos la nostalgia que significa recordar lo que es estar por acá, mucho más grato me siento.

Contento, Señor... Contento. Preferiría decir "Tranquilo estoy, Señor... Muy tranquilo". Pero no puedo. Me cansé de mentir y de fingir estar bien. Quiero ser tal como soy, tratando de mejorar en lo que creo me caigo. Y sigo con sus recuerdos. No he podido dejar de rememorar tantas vivencias que, incluso, me hacen soñar despierto. Soñar con volver a tenerla entre mis brazos y poder acariciarla y besarla, también peinarla. PERO TODO ACABÓ: para bien o para mal, todo acabó.

Espero que el tiempo cure mis heridas, aunque sé que es dueña de parte de mi corazón, un corazón que aún no deja de latir y que se agita cada vez que la recuerdo.


Jocelyn... cuando deje de respirar, cuando mi corazón deje de latir y mi cuerpo inerte esté, ese día recién dejaré de amarte, porque es el amor el que hace que siga en pie.

viernes, 30 de marzo de 2007

Día del Joven Combatiente


Parece que fuese un cuento de nunca acabar.

Amanece en Santiago, enciendo la radioreloj para escuchar noticias y todas se referían a las distintas manifestaciones que comenzaban. Eran recién las 8 de la mañana.

Salgo como de costumbre a tomar el "bus" troncal hacia mi casa de estudios y no pasaba ninguna micro. EN 20 MINUTOS NO PASÓ UNA SOLA MICRO -el cuento del transantiago es harina de otro costal y, por lo demás, no me afecta en demasía. Decidí caminar y en eso aparece una, del recorrido 509 que pasaba por la av 5 de Abril, en el sector de la famosísima Villa Francia, lugar desde donde surgió la idea de establecer el 29 de marzo como "EL DÍA DEL JOVEN COMBATIENTE"; de más está decir que esto ocurrió hace ya 21 años. Ningún desmán, ningún indicio de una "supuesta" movilización ni toma, menos de un cacerolazo.

Entré a clases -la cual duró menos de la mitad de lo habitual- a las 10 de la mañana y a las 11 ya estábamos saliendo. Como tenía que ocupar el tiempo en algo, ya que la siguiente clase era a las 15.15, decidí irme caminando al dentista desde Av. España hasta Ahumada: en todo el trayecto sólo presencié uno que otro carabinero, todos a pie. Entro alrdedor del mediodía y en el televisor transimitían las noticias de la jornada: desmanes en Plaza Italia, en el Parque Forestal y en la Alameda, desde Av. Portugal hasta Mac-Iver. ¡Cagazo! Porque las noticias sólo mostraban a niños de no más de 20 años, jóvenes que el año en que ocurrió el asesinato aún no habían nacido. ¡Y quedó la cagá! Bastó un par de horas para que quedara la cagá misma.

Salgo del dentista (Ahumada #11) y, para sorpresa mía, no pasaba niguna sola micro en dirección hacia el poniente. ¿Qué iba a hacer? A ponerle patitas nomás, así que caminé hasta San Martín y tomé una que "no me servía", pero que en el fondo sí: llegaría hasta la Estación Central y haría transbordo a una máquina que me llevase a destino. Punto. Pasamos la avenida Brasil y en Cumming los niñitos, al parecer del Liceo de Aplicación, dejando la cagá y cortando el tránsito: cinco minutos bastaron para que llegara el Guanaco y los dispersara (mientras corrían los cinco minutos aproveché de cambiarme de micro).

De ahí en adelante, todos saben cuál es la historia. Mas no me cabe en la cabeza cómo es que un día, que se supone es de "conmemoración" por la muerte de los hermanos Vergara Toledo pasó a ser un paseo al centro a ver niñitos jugando con piedras, palos y cuanta cosa pillen en su camino. Y después se quejan de que no hay paraderos, señalética, micros decentes y educación y salud dignas de un pueblo que está creciendo.

Porque el Chile de hoy lo construimos nosotros. Porque no somos los mismos chilenos que peleaban por hueás políticas hace más de 17 años. No.

Bendiciones para todos.