Jamás pensé que llegaría a un estado ánimo-corpóreo deplorable. Tampoco pensé en que el hombre actúa y ha actuado a tientas durante su desarrollo intelectual.
Ya han trancurrido varios días de este enero negro y negras también variadas noticias, aunque siempre nos fijamos en las cosas malas: la muerte de un ex compañero (25 años, atropellado a la salida de la UTEM); el incendio en el C° La Cruz de Valparaíso, con más de 70 casas destruidas; accidentes varios y por todos lados; niños y mujeres muertos por distintas causas, etc. Absolutamente, todo mal. Y es así mismo como me he sentido últimamente: entre oscuro y apagado.
Me da mucha pena todo lo que he sabido, más encima por boca de la misma persona que hace un tiempo atrás me amaba. No pretendo que me sientan lástima ni nada por el estilo, pero de verdad que esto me agobia y me agota cada vez más. Si es tan cierto lo que me dijo, no sería capaz siquiera de ponerle un dedo encima, simplemente porque la amo demasiado y es "LA" mujer con quien decidí estar para siempre. Aunque suene medio extraño, estoy seguro que es otro momento más de esos que te hacen madurar, onda a porrazo limpio; si estoy errado, sé que será feliz.
Quizás por ser mi primera mujer es que me sienta tan atraído. De verdad que la extraño un montón, pero por el momento no puedo hacer más que escribir. Recién ahora comprendí que uno debe aprender a leer entre líneas, que no todo está escrito y muchas cosas se encuentran en las ideas y pensamientos que aquella persona suele decir.
Seas hombre o mujer, muchos de nosotros estamos acostumbrados a ver lo tangible, lo concreto, a escuchar y emitir opiniones de lo que escuchamos y nos dan a entender, pero pocas veces comprendemos que hay otro espacio, otra atmósfera en la cual también vivimos: la de los sentimientos, ésa de la cual nosotros, los machos, tratamos de evitar por no ser vistos mamones y que a las féminas les cae como anillo al dedo.
Con lo poco que he escrito, ya me siento un poco más aliviado. Sueño con volver a tenerla entre mis brazos y hacerla mía una, dos y mil veces más; añoro sentir su olor particular, besar sus labios carnosos y acariciar su larga y ondulada cabellera.
¿Podrá Dios devolvérmela? ¿Podré reconquistar su frío y duro corazón? ¿O tal vez no sea ella?
Así como "el tiempo lo cura todo", también nos da la razón.
Escúchalo mientras lees...

Revisa mi fotolog o El Fotolog de Fuerza Maestra.

martes, 22 de enero de 2008
Enamorado de una ilusión
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las cosas bellas que tiene la vida.
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